sábado, 23 de julio de 2011

El reto de seguir creciendo

Lo que nos dejó esta Copa América

El 4 a 1 a Venezuela puede resultar engañoso, pero lo que no es mentira es que esta nueva selección, era Markarián, ha dado y seguramente dará mucho que hablar, por distintas razones. La primera de ellas, y la principal, es el orden demostrado durante los seis partidos jugados. Si bien es cierto se cometieron algunas fallas (las dos peores, y más determinantes, las que se cometieron ante Uruguay), casi nunca se vio una selección peruana desordenada, mal parada o excesivamente tocadora, como fue otras veces. Se practicó un fútbol simple y sencillo, de pocos toques, defensivo, sí, pero sin descuidar el peso ofensivo, confiado en sus dos jugadores más importantes: Paolo Guerrero y Juan Vargas.

Lo segundo, el temperamento, algo que no nos ha caracterizado en los últimos procesos. Durante años se criticó mucho lo mental de nuestros jugadores, algo en lo que muchos otros países nos sacaban clara ventaja. En esta Copa América no se vio un indicio de actitud perdedora o baja autoestima. Mucho menos actitudes displicentes. El seleccionado jugó parejo, claro está, apoyado en los dos referentes mencionados líneas atrás, que sacaron ventaja en líneas de ataque, mientras que de adelante hacia atrás, Perú fue un fortín repleto de soldados claramente avocados a un sólo objetivo, y tirando hacia una sola dirección.

Y lo tercero, la humildad. Sé que hay quienes no están de acuerdo conmigo, pero debo insistir a fin de que tomemos conciencia de una vez por todas: Perú es un equipo chico, al menos en esta parte del mundo. Sergio Markarián no se cansó de resaltarlo en sus conferencias, incluso Vargas, Guerrero, entre otros, hicieron lo mismo. ¿Por qué?, porque ser un equipo chico no implica ser menos que nadie. Ser una selección humilde no implica que debamos perder todos los partidos ante equipos más grandes. Considerarse un equipo pequeño implica, sí, una actitud consciente que nos hará ver nuestras limitaciones como oportunidades de mejora. De ahí que jugadores que muchos pensaban "acabados", como Lobatón o Chiroque, hayan terminado siendo figuras de este combinado nacional. El "mago" repotenció sus mentes, les ofreció deberes y tareas que realizaron con empeño, demostrándose a sí mismos que podían y así fue, pudieron, y hoy forman parte de una lista base de futbolistas que de seguro serán tomados en cuenta en las próximas eliminatorias y, eventualmente (Y OJALA ASÍ SEA), en el mundial de Brasil.

Perú en puntos

Desde un inicio, el DT de la selección peruana aclaró que su objetivo principal en esta Copa América era llegar a jugar los 6 partidos, sea el último en la final o en el partido por el tercer lugar, lo que finalmente se dio. Hablemos ahora de los partidos ganados en función de puntos, para darnos una idea de lo que serán las eliminatorias. La blanquirroja jugó en total seis encuentros, de los cuales ganó tres, perdió dos y empató el restante. Eso da un total de 10 puntos. Perú nunca llegó a instancias de definición por penales, por lo que sus puntos fueron ganados durante los 90 y/o 120 minutos de juego sobre el césped. Si comparamos esos puntos con los conseguidos por Uruguay, que es el firme candidato para ganar la Copa, nos encontramos superándolos por un punto. Y si nos comparamos con Paraguay, los superamos ampliamente por 7 unidades. Venezuela es otro equipo que había conseguido una buena cantidad de puntos, 8 en total. Sin embargo, hasta el momento no hay equipo que haya hecho más puntos que la selección peruana en la Copa América. Habría que esperar lo que suceda mañana en la final, pero esa estadística es bastante alentadora y nos da una idea de la seriedad de este equipo, llevado al campo de las matemáticas.

Seguir creciendo, el reto

Yo no me creo el cuento de que este es el equipo "B" de Perú, porque para mi gusto sólo le faltaron tres nombres de peso, que a estas alturas suenan bastante reemplazables: Farfán, Pizarro y Zambrano. ¿A quién podríamos sacar de esta selección tan compacta?, ¿a Guerrero, el muy probablemente goleador de la Copa?, ¿a Advíncula, a Chiroque, Yotún?, ¿a Vílchez, a Acasiete?, sé que no todas las actuaciones fueron tan convincentes como la de Paolo, pero más allá de limitaciones personales, ninguno de estos jugadores mencionados desentonó con el equipo en momento alguno. Sin embargo hay algo que vale para seguir creciendo: su majestad el recambio. Y digo "su majestad" porque hasta hace poco teníamos un universo de jugadores demasiado pequeño, hoy sigue siendo pequeño en comparación a otras selecciones, pero ha crecido y debería seguir creciendo con la filosofía de Markarián. Eso permitiría de una vez por todas no tener esa jugador-dependencia de la que hemos adolecido tantos años. 

¿Quién no se ha enfadado por la sequía goleadora de Pizarro en la selección?, es nuestro jugador estrella en Europa, pero la camiseta blanquirroja siempre le pesó mucho más que cualquier otra, porque aquí tenía la presión absoluta de una hinchada harta de fracasos, que le exigía 2 o 3 goles por partido. Eso también juega en contra. Hoy Pizarro ya no debe sentir esa presión. Sabe que tiene en Guerrero un apoyo que le ayude a sostener el peso ofensivo del equipo, y que cuando uno no esté el otro sí. ESA ES LA IDEA. Que luzcamos siempre como un equipo, y no como decía una propaganda de una marca deportiva: Tal y diez más.

Se avanzó, pero aún no se ha ganado nada

Markarián y sus dirigidos fueron claros: Perú todavía no ha ganado nada. Y si queremos apuntar a eso, debemos seguir con esta misma humildad, con la misma seriedad, celebrando con cautela y sobre todo siendo hinchas de corazón de nuestra blanquirroja, así como lo somos de Alianza Lima, en nuestro caso, o nuestros compadres, o cualquier otra camiseta. Es el momento indicado para el consenso, para la unión. Que esta Copa América sea el punto de partida para cosas grandes e importantes, sólo así nadie nos podrá parar. ¡ARRIBA PERÚ!

Por Rubén Ravelo

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